Y allí donde nos lleve a trabajar, debemos recordarlo siempre. Porque no sólo debemos administrar desde Él y con Él los recursos de la tierra, sino también los de los hermanos confiados a nosotros a través de nuestros trabajos, porque todo trabajo tiene un fruto para los hermanos.
Porque Él dirige nuestros pasos para el cumplimiento de Su Plan, aunque no lo veamos claro.
Es difícil verlo, y a veces también es difícil aceptarlo, porque quizás atravesemos situaciones complejas o molestas, y no podamos entender cómo puede ser, si somos Sus hijos tan amados, y Sus amigos, permita que estemos expuestos a tantas contrariedades...pero, recordando a diario que tenemos la misión de administrar Sus bienes, y como solos nada podemos, a diario también Le pedimos ayuda en la oración, ofreciéndoLe nuestras cargas y nuestro yugo, para que Lo cambie por el Suyo, en Su Amor. Pero...
...cuidado con el padre de la mentira, que quiere sorprendernos y confundirnos so capa de "una buena finalidad" haciéndonos manchar con sus malas artes! Somos los administradores de la Hacienda del Señor, y nuestro Jefe Supremo jamás nos pediría hacer nada contra su Ley, la del Amor a Él, al prójimo y a nosotros mismos.
Velemos, pues, entonces, porque el león está suelto, viendo a quién devorar, y administremos con cautela y mansedumbre, confiando en Quien tiene todo el poder aquí, en el Cielo y en los Abismos!
Que así sea.
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